miércoles, 1 de abril de 2009

Bibliografía Mexicana del siglo XVI: Catálogo razonado de libros impresos en México 1539-1600. García Icazbalceta, Joaquín.


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Con la Bibliografía del siglo XVI quiero comenzar una serie de entradas que traten sobre las principales fuentes para el estudio del libro en México.

Me parece que no hay libro más apropiado para iniciar, que el de García Icazbalceta, el cual a pesar de sus 122 años de existencia sigue siendo una obra de consulta obligada para cualquier persona interesada en el tema. Después de cuarenta años de grandes trabajos y tras costear con  recursos propios la impresión, le fueron entregados al autor el 18 de diciembre de 1886 los primeros ejemplares de la Bibliografía Mexicana.
La Bibliografía incluye además de lo que sería propiamente el catálogo de libros, algunos interesantes ensayos como: La introducción de la imprenta en México, Los Médicos en el siglo XVI, La industria de la seda, los autos de Fe, y veinticinco biografías entre las que destacan la de Fray Pedro de Gante y la de Maturíno Gilberti, todos ellos realizados con la erudición y el rigor académico que caracterizaron a don Joaquín. Finalmente el libro se acompañó de hermosas reproducciones de todas las portadas que el autor tuvo disponibles por medio de fotolitografías, poniendo cuidado hasta en el más mínimo detalle.
La primera edición fue de 350 ejemplares, número que resultó insuficiente, ante la expectativa que había generado entre los estudiosos, aunada a la corta tirada habría que restarle los que no pudieron ponerse a la venta, debido a un desafortunado evento :
"El encuadernador de mi último libro me ha ensuciado y estropeado un gran número de ejemplares (más de 80) y voy a ver los que puedo reparar con los pliegos y estampas sobrantes".2 No se sabe en realidad cuantos se lograron reparar.

Los diez pesos en los que se vendió en 1886 no fueron obstáculo alguno para que se agotara en poco tiempo la edición. Ante la necesidad de contar con tan imprescindible texto el Fondo de Cultura Económica realizó en 1954 una nueva edición, teniendo el acierto de encargarle la misión a Agustín Millares Carlo quien no contento con reproducir lo hecho por don Joaquín, colocó las adiciones del mismo don Joaquín, las de Toribio Medina y algunas otras que se habían ido acumulado en los últimos sesenta y ocho años, conservó el planteamiento original y respetó el eje cronológico de presentación. Comprendiendo la doble naturaleza del libro se esmeró en hacer de esta útil herramienta un objeto hermoso, presentando un libro en 4o mayor, planos en tela, lomo cuajado, 581 pp. y 156 láminas. De nueva cuenta los 2100 ejemplares que se tiraron resultaron insuficientes. De esta edición, aunque escasa es posible todavía hacerse de algún ejemplar.

Curiosamente en la actualidad resulta más fácil y más barato adquirirla en el extranjero vía internet.









1. Edición de 1954.
2. Bernal, Ignacio. Correspondencia de Nicolás León con Joaquín García Icazbalceta. México. UNAM. 1982. p.140

6 comentarios:

Galderich dijo...

Interesante libro y no me extraña que se agotase pronto!
Por otra parte es muy normal encontrar libros más baratos de temas locales en otros lugares alejados por un tema de oferta y demanda. A pesar de ello las librerías tienden a consultar precios por internet para colocar el suyo, lo que ha igualado internacionalment el precio. A pesar de ello, se encuentran algunas ofertas.
Un abrazo y adelante con esta serie que será de utilidad para todos.

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Galderich. Gracias por tu visita y tus comentarios . Tienes mucha razón con respecto al precio de los libros de temas locales, sin duda es otra ventaja de las nuevas tecnologías que hay que explorar.
Tengo la impresión que los libreros en mi país no han podido adaptarse a esta nueva realidad. Como ejemplo: En Iberlibro no existe una sola librería mexicana. Que le vamos a hacer seguramente será cuestión de tiempo
Saludos.

Diego Mallén dijo...

Libro fundamental para la tipobibliografía mexicana.

¡Ay los encuadernadores! la anécdota de Izcabaleta es más habitual de lo que debería de ser. los libros en manos de encuadernadores peligran.

Hace muchos años recuerdo como mi tío lloraba de pena al mostrarme la salvajada que le había cometido un sanguinario encuadernador que guillotinó (sin recibir orden alguna) una primera del Romancero gitano afectando al margen y al texto.

A mí me pasó con un precioso libro: Cayda de Principes de Bocaccio, 1552, Alcalá de Henares. Lo mandé a restaurar la encuadernación y el encuadernador, -por su propia iniciativa y sin consulta alguna-, lavó los 3 primeros y últimos folios de este gótico precioso (¡porque estaban algo sucios!)
¡Deplorable!

Cuanto menos tiempo estén los libros en casa del encuadernador, más seguros estarán.


Saludos bibliófilos.

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

De verdad que se sufre al mandar a encuadernar,a veces he estado tentado a tomar un buen curso.

Lo que te pasó con la Cayda de Principes de Bocaccio ¡Terrible! pero no puedo imaginarme el coraje y tristeza que debió experimentar tu tío.
¡Que barbaridad!

Anónimo dijo...

Interesante libro, soy afortunado en tenerlo en mi pequeña biblioteca.

Marco Fabrizio Ramírez Padilla dijo...

Aónimo,

Tiene mucha razón, es una fortuna contar con uno de los ejemplares de este hermoso y cada vez más buscado libro.

Saludos

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